domingo, 20 de mayo de 2012

Mind the Gap

Teresa V., London. Me siento en el McDonalds porque en la residencia nunca ha funcionado internet, según me cuenta mi compañera de academia que llegó a mi misma residencia en el año 2009. Ella estudió Óptica y Optometría y después Fonoaudiología o como se llame la carrera en España. Ha ido subiendo poco a poco su nivel, y ahora está conmigo en el último nivel de mi academia, que equivale al Advance. 

Somos muchos españoles, hartos de esperar una oportunidad en nuestro país que no se corresponde con lo que le hemos ofrecido aprendiendo, mejorando, siendo buenos ciudadanos, asistiendo cada 4 años a votar, especializandonos, realizando tareas sociales, viviendo al nivel de vida que nos correspondía, no como pretenden hacernos creer "por encima de nuestras posibilidades". Su puta madre. Si vivir por encima de mis posibilidades es dispensar medicamentos (para el que tenga la suerte de trabajar en algo relacionado con lo suyo) con el salario de vender hamburguesas, prefiero venderlas en Inglaterra.

La mía, como tantas otras, es una historia de amor no correspondido con mi país. Me he cansado de esperar sus llamadas, de aspirar a su seguridad, de saber que muchos otros podrían ofrecerme lo que yo me merezco. Así que me he ido con otro, pero si tú me dices ven...

Mientras, según escucho en la radio de Londres, España se preocupa por Gibraltar, mientras los ingleses (con lo que ellos han tenido que ver) se descojonan ahora de nuestra monarquía, mientras el gobierno le inyecta nuestro dinero a Bankia, mientras nos distraemos con la Eurocopa...sólo en mi entorno, que yo sepa, España se está perdiendo a 3 farmacéuticas (una de ellas especialista -FIR- en bioquímica clínica), 3 ingenieras de montes (una con dos máster), una veterinaria, una maestra-psicopedagoga, dos diseñadoras de moda, 3 licenciadas en turismo (una de ellas con Markenting y actualmente estudiando psicología), una abogada, una bióloga, y un largo etcétera de profesionales que no sólo no pueden seguir esperando por una beca, unas prácticas o un puesto de trabajo en su campo, sino que mientras tanto ni siquiera pueden ponerse a servir cafés en su país. Y por mucho que nos intenten convencer de que de las crisis salen las mejores oportunidades, de que todos saldremos mejor formados, esto, no nos confundan, no es progreso: es un rotundo fracaso. 

Yo he oído muchas historias de éxito de gente que empezó como yo, preparandose un certificado de idiomas mientras trabajaba de lo que sea, para poder colegiarse como farmacéutico aquí, donde el farmacéutico tiene el papel que le corresponde en el hospital, incluso en la farmacia comunitaria, donde realmente hay oportunidades en industria, en registro. Pero cuando no tienes elección, no se le puede llamar éxito, a penas se le puede llamar oportunidad, es una puta estafa.

Yo sigo enamorada de mi pais, yo seimpre te voy a querer. Pero el amor no da de comer.