Teresa V., London. Me siento en el
McDonalds porque en la residencia nunca ha funcionado internet, según me
cuenta mi compañera de academia que llegó a mi misma residencia en el
año 2009. Ella estudió Óptica y Optometría y después Fonoaudiología o
como se llame la carrera en España. Ha ido subiendo poco a poco su
nivel, y ahora está conmigo en el último nivel de mi academia, que
equivale al Advance.
Somos
muchos españoles, hartos de esperar una oportunidad en nuestro país que
no se corresponde con lo que le hemos ofrecido aprendiendo, mejorando,
siendo buenos ciudadanos, asistiendo cada 4 años a votar,
especializandonos, realizando tareas sociales, viviendo al nivel de vida
que nos correspondía, no como pretenden hacernos creer "por encima de
nuestras posibilidades". Su puta madre. Si vivir por encima de mis
posibilidades es dispensar medicamentos (para el que tenga la suerte de
trabajar en algo relacionado con lo suyo) con el salario de vender
hamburguesas, prefiero venderlas en Inglaterra.
La
mía, como tantas otras, es una historia de amor no correspondido con mi
país. Me he cansado de esperar sus llamadas, de aspirar a su seguridad,
de saber que muchos otros podrían ofrecerme lo que yo me merezco. Así
que me he ido con otro, pero si tú me dices ven...
Mientras,
según escucho en la radio de Londres, España se preocupa por Gibraltar,
mientras los ingleses (con lo que ellos han tenido que ver) se
descojonan ahora de nuestra monarquía, mientras el gobierno le inyecta
nuestro dinero a Bankia, mientras nos distraemos con la Eurocopa...sólo
en mi entorno, que yo sepa, España se está perdiendo a 3 farmacéuticas (una de ellas especialista -FIR- en bioquímica clínica), 3
ingenieras de montes (una con dos máster), una veterinaria, una
maestra-psicopedagoga, dos diseñadoras de moda, 3 licenciadas en turismo
(una de ellas con Markenting y actualmente estudiando psicología), una
abogada, una bióloga, y un largo etcétera de profesionales que no sólo
no pueden seguir esperando por una beca, unas prácticas o un puesto de
trabajo en su campo, sino que mientras tanto ni siquiera pueden ponerse a
servir cafés en su país. Y por mucho que nos intenten convencer de que
de las crisis salen las mejores oportunidades, de que todos saldremos
mejor formados, esto, no nos confundan, no es progreso: es un rotundo
fracaso.
Yo
he oído muchas historias de éxito de gente que empezó como yo,
preparandose un certificado de idiomas mientras trabajaba de lo que sea,
para poder colegiarse como farmacéutico aquí, donde el farmacéutico
tiene el papel que le corresponde en el hospital, incluso en la farmacia
comunitaria, donde realmente hay oportunidades en industria, en
registro. Pero cuando no tienes elección, no se le puede llamar éxito, a
penas se le puede llamar oportunidad, es una puta estafa.
Yo sigo enamorada de mi pais, yo seimpre te voy a querer. Pero el amor no da de comer.