martes, 5 de julio de 2011

Día 1



Estoy en Roma y mi ordenador debe de ser el único que no consigue conectarse al wifi del aeropuerto. Estoy delante de una ventana viendo un avion despegar detrás de otro, lo que hace 3 meses me daba pavor, asi que podría decir que hoy he dado grandes pasos.

En Barajas he sido la segunda en facturar y me he autopresentado al primero en facturar, Yeray, un profesor de inglés de Lanzarote que se iba a Los Ángeles a visitar a unos amigos. Nos hemos contado nuestra vida, hemos hablado de Tenerife, de cremas, me ha ofrecido su número por si alguna vez quiero buscar alojamiento en Lanzarote, me ha apoyado psicológicamente cuando le he hablado de mi miedo a volar y me ha dicho que me sentase a su lado porque mi asiento estaba encima de los motores, pero finalmente el avión estaba lleno y me he tenido que sentar atrás del todo...aquí empieza mi angustia. El vuelo ha sido horrible, aunque teniendo en cuenta que es mi primer viaje sola no he sufrido tanto como esperaba, pero no era fácil calmarse con un detenido un par de asientos detrás de mí amenazando a toda la tripulación, gritando, pegandose con los policias y avisando a los pasajeros de que iban a tener problemas con él...además de turbulencias y un aterrizaje de mierda. Aunque he de decir que llegar a Italia y ver su perfil y medio reconocerla geográficamente ha sido impresionante.

El aeropuerto...yo no he visitado muchos aeropuertos en mi vida, pero me cuesta imaginar un aeropuerto más transitado que éste, es impresionante la cantidad de gente que hay por todas partes, la cantidad de vuelos que salen a lugares super lejanos...mientras escribo esto no dejan de despegar aviones. La verdad es que esperaba que todo fuese más caro aquí, me he comprado un brioche con mermelada de melocotón por 1.20 y el libro de "Come, reza, ama" de Elizabeth Gilbert (en español) por 11 euros (muy poético comenzar a leer este libro precisamente en Roma), y las chuches en general me han parecido más baratas que en Barajas. Por cierto: hay palomas DENTRO del aeropuerto, muy simpáticas y domesticadas.

En fín, dentro de 50 min embarco para Belgrado, tengo ganas de salir ya de este mundo aislado de los aeropuertos, de echar cabezadas encima de la maleta y conocer ya algo de mundo. Voy a leer mi libro para echar el rato.

-----

Escribo desde mi nuevo piso.
El libro no es precisamente de los que me pueden gustar, es más, de momento no lo encuentro de alta calidad, pero a decir verdad me está enganchando porque es un libro sobre un viaje que estoy leyendo durante un viaje. Además la protagonista se supone que se va a encontrar a sí misma a través del viaje y tal. Justo cuando estábamos empezando a descender, me he topado con estas palabras.

"Aun así, pese a todo ello, viajar es el gran amor de mi vida. Siempre he pensado, desde los 16 años, cuando me fui a Rusia con lo que había ahorrado cuidando niños, que todo gasto o sacrificio son válidos con tal de poder viajar. Mi amor por el viaje es constante y fiel aunque en mis amore no he tenido la misma constancia y fidelidad. Un viaje despierta en mí lo que siente una madre por su bebé insoportable, diarreico y nervioso: me importa un bledo lo mucho que me haga sufrir. Porque lo adoro. Porque es mío. Porque es clavado a mí. Me puede vomitar encima todo lo que quiera. Me da igual. [...] Tengo mis técnicas de supervivencia. Una es la paciencia. Otra es quelevo poco equipaje. Y como lo que me echen. Pero mi gran baza viajera es que soy capaz de llevarme bien con cualquera. Me llevo bien hasta con los muertos. En Serbia me hice amiga de un genocida y me invitó a pasar las vacaciones en las montañas con su familia. No me enorgullezco de contar a un assino en serie serbio entre mis seres más queridos (me hice la colega de él para que me contara al historia y también para evitar que me diera un puñetazo). Lo que digo es que soy capaz de hacerlo. Y si no hay otra persona con quien hablar, acabaría llevándome bien con el primer montón de piedras que encontrara por ahí. Por eso no me da miedo viajar a los sitios más remotos del mundo, porque sé que en todos hay seres humanos con los que poder hablar"
Belgrado desde el aire es impresionante, se extiende por todas partes sin parecer tener fin, surcado por el Danubio que en seguida capta tu interés hacia las pequeñas casitas flotantes que tiene en la orilla y por las que se mueve la vida nocturna de la ciudad. Y lo más llamativo de todo es la cantidad de árboles que hay. Detras de todos esos álamos negros...hay más.

En el aeropuerto me he comido un bocadillo con los ingredientes típicos de por aquí, a saber: un embutido que no sabría decir qué era, pepino y queso típico. Más una tónica 550 dinares (el cambio me lo han hecho a 99 dinares el euro en el mismo aeropuerto, he cambiado 20 euros), así que tratandose de un aeropuerto, no está mal.

En seguida todo el mundo me ha empezado a ofrecer taxis, incluso un taxista me ha ofrecido su teléfono para poder llamar a la persona de contacto y, tras un buen rato esperando, he aceptado llamar y me han confirmado que en media hora venían a por mí. Lo que viene después es esperar durante hora y media desesperada por no poder llamar, cargada con una maleta de 18 Kg y otra de 8, lloriqueando porque no sabía que iba a ser de mí. Por fín una chica de nombre irrecordable, ha aparecido para salvarme, se ha disculpado mil veces, alguien la dijo mal la hora a la que llegaba, me ha contado que tiene mi edad pero estudia un curso menos de Farmacia en Belgrado porque ellos están en el instituto hasta los 19. El aeropuerto estaba lleno de periodistas por el triunfo de Djokovic, con un autobús pintado en su honor. La chica del nombre irrecordable me ha montado en varios autobuses hasta llegar a la estación de autobuses en Belgrado. La chica habla bastante español, aprendido como por todos, a base de telenovelas y los Serrano. No hemos pagado ni uno solo de los autobuses urbanos, cuando la he preguntado que si en Belgrado no se pagaba, me ha pedido que bajase la voz y me ha explicado que solo pagan cuando viene el revisor (rollo Tranvía de Alicante). En la estación de autobuses me he comprado un billete a Novi Sad (650 dinares, aprox 6,50 euros, hora y media de distancia), una botella de agua (65 dinares, 65 céntimos) y una tarjeta de la operadora de aquí para un movil que me he traido (200 dinares, y por lo visto se alarga bastante). En el autobús me han cobrado 60 dinares por el equipaje, mi amiguita ha dicho que es una norma estúpida serbia.



De camino a Novi Sad...árboles, atardecer(la foto es sobre el Danubio)...y por fín una pequeña siesta (aun no he dormido en condiciones desde hace 2 días), y al llegar me mezclo con otros chavales que vienen al festival EXIT con tiendas de campaña y sacos. Me encuentro por fín con Gordana, con la que tanto me he escrito antes de llegar, y me lleva en taxi (que ha pagado ella, asi que no sé lo que ha costado) por el centro de la ciudad, que es bastante bonita por lo que puedo ver. Me ha preguntado que qué quiero hacer, y lo mejor ha sido que cene y me vaya a la cama tras una buena ducha, así que me ha llevado a una panadería...y eso es el paraíso. Bollos a 10 céntimos, napolitanas a 40 (dinares/céntimos) trozos de pastel a 20...y lo que me he comido, que me ha invitado ella pero no llega al euro, es esto, porque el bourek me ha parecido un poco pesado para este momento, aunque ya os contaré qué tal es (además de barato)

El piso es super acogedor, solo le falta internet jeje, es un estudio con 2 sofás cama, baño y cocina. Mañana llega mi compañera checa Monika, así que yo me voy a dar una ducha y mañana será otro día :)

1 comentario:

  1. Todo tiene una pinta estupenda.
    Tienes que contarme con más detalle lo del psicópata del avión, me ha hecho mucha gracia, creo que a ti no tanta.
    En defintiiva.
    Te echaré de menos :(

    ResponderEliminar