lunes, 11 de julio de 2011

Mis dias en Serbia (5-6)

Mi entusiasmo con esta ciudad es la historia con más altibajos de mi vida. Como habeis podido leer anteriormente, los precios, la playa y, porqué no decirlo, las mujeres de esta ciudad, me tienen fascinada. Pero, en los últimos días, y en su mayor parte gracias a mi ZQ88simbolodebatman compi de piso, estoy empezando a aborrecer todo a mi alrededor. Pero, seamos justos, y hablemos de la ciudad de Novi Sad, no de esta malfollada.

El viernes fuimos de nuevo a la Facultad de Medicina de Novi Sad, esa Universidad que se está descojonando tan alegremente de mí. Llegué yo sola porque, entre otra cosas, una de las particularidades que tiene Monika es que se desangra por la nariz todas las mañanas (me ha tocao el gordo, señores). Creo que Ana no tiene muy en cuenta que prácticamente he terminado la carrera y que casi cualquier cosa que me pida en el laboratorio, la voy a saber hacer, aunque finalmente se atreve a dejarme llenar unos viales. El HPLC que ellos usan se diferencia del que he usado siempre en practicas en que éste es autoinyectable (los viajes están colocados en orden y un brazo robotizado va cogiendo el vial programado y lo lleva hasta la aguja) mientras que de toda la vida he inyectado yo misma en el tambor el asunto. Me enseña un poco el software que ellos usan y me invita a un turkish kafe, que es más o menos como nuestro café de pota (digo nuestro, pero es algo que yo solo suelo tomar en la Coruña, aunque alguno me he hecho en exámenes cuando quería un café con hielo). Se hace igual, según entendí, aunque la verdad es que el sabor es algo diferente, como si además del café llevase alguna hierba balsámica. Bastante bueno, la verdad.

Con Ana hablamos un poco de todo, comparamos nuestros países, hablamos de lo sorprendentemente barato que resulta por aquí comer en la calle...ella se casó en enero (nos cuenta con la típica sonrisa de recién casada que a las aún solteras nos parece un poquito cara de agilipollada, jaja) y es entonces cuando ha empezado a cocinar. Cuando vivía sola, nos dice, siempre compraba comida por la calle, como nosotras. Le hace gracia que los americanos siempre pongan acento ruso a los serbios en sus películas de Hollywood.

Hemos quedado con Gordana a comer a las 3, una hora a la que en España está prohibido salir a la calle en verano. Habría que prohibirlo aquí también. Nos lleva a un sitio muy tradicional, con una decoración de esas que le encantarían a mi madre y a mi abuela, y probablemente a las vuestras: papel pintado en las paredes, tapetes, visillos, tapices, mecedoras, máquinas de coser Singer...

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Y aquí es donde se me cae un mito y descubro que...no me gusta la comida tradicional serbia. Lo que me gustan son las típicas guarrerias que venden por todas partes pero tu madre no te lo haría un domingo (como si me gustase el bocata de calamares pero no me gustase el cocido). Pero vamos, no es que esté mala, es que el rostiljt es básicamente salchichas y carne a la barbacoa, y a mí es que eso no me gusta, pero bueno, de todo hay que comer en esta vida.


Después de la siesta me despierto con un mensaje de mi amiga Raquel (muak) diciendome que he aprobado Química Farmacéutica (mi tormento de este cuatrimestre), por lo cual no puedo menos que decirle a Monika que se vista, que la invito a una cerveza. Casi cuando estamos en el centro Monika dice:
-Voy a tomar un helado, y la cerveza no pega con el helado...asi que creo que no tomaré cerveza.

Esto no tiene sentido, joder, ¡eres checa! Si la cerveza no pega con el helado, ¡no te tomes el helado! Además, nadie te preguntó si querías una cerveza. Dije exactamente "te invito a una cerveza". Mi celebración se va a la mierda. Se va, mejor dicho, a la cama, a eso de las 10.30 ya estamos en casa. Mi cena, que ni siquiera pude terminar de lo grande que era, por 150 dinares (1,50 euros) y única alegría de la noche fue esto:



(queso, jamón cocido, tomate y pepino, mu rico)

Al día siguiente pienso "esto no puede ser". Me levanto, cojo el folleto turístico y digo
-Quiero ir a Sremski Karlovci - bueno, digo algo así como chirrinsqui karloski - voy a informarme de cómo llegar, ¿te vienes?

Y, para mi degracia, se viene.
Llegar a Karlovci cuesta 120 dinares en autobus, que se puede coger en la estación de Novi Sad o en varias paradas dentro de la ciudad (ojalá lo hubiesemos sabido) y es la linea 61. El autobús cruza el Danubio, pasa Petrovaradina y le aleja de la ciudad, en un viaje desde la estación de una media hora. Yo le había dicho a Monika que Karlosci está a 6 Km de Novi Sad, pero ella debió de empezar a contar desde que salió de casa, porque no paraba de preguntar, cual niño pequeño cuando se va de vacaciones ¿es aquí ya?¿es aquí ya? ¿es aquí ya?

El folleto informativo de Sremski Karlovci dice algo así como que es un pueblo donde los alumnos aún leen en latín, los ancianos aun se sientan en los bancos a ver a la gente pasar (esta gente debería visitar unos cuantos pueblos de Toledo) y todavía suenan las campanas de la iglesia tan alto como en Florencia. De esto último, doy fe. Mientras Monika comía a su muy europea hora habitual, las 12 del medio día, las campanas no nos permitían oirnos al hablar (fíjate, pa una vez que hablamos). De repente oí dos palabras más bonitas que el repiquetear de las campanas
-Qué calor
Qué jodidamente bonito es el español, coño. Si la tía esa hubiese dicho algo así como "me suda tol canalillo" me hubiese parecido super romántico tras 6 días sin hablar una sola palabra de mi lengua materna. Así que les saludé y les dije que estaba deseando hablar en español. Eran dos amigos, una mujer y un hombre de unos...35-45. Me contaron que todos los años hacen una parte del Danubio en bicicleta, que este año empezaron en Budapest y han pasado por Osijek (Croacia) hasta Novi Sad (donde les ha costado mucho encontrar alojamiento por el tema del Exit). Me instan a que visite Osijek, que según había visto yo cuando preparaba mi viaje, está a 97 Km de Novi Sad, y me cuentan que es precioso.

Monika piensa que Karlovci es bastante parecida a República Checa. Quizá por eso pase de visitar el resto del pueblo y antes de las 2 esté pensando ya en irse (ni dos putas horas de visita). Así que, sin que sirva de precedente, hago caso a esa zorra.

Karlovci es una ciudad productora de vino, dicen que es el vino que bebieron en el Titanic, que tiene el segundo seminario Ortodoxo del mundo, y desde cuyo ayuntamiento se proclamó la fundación de la provincia de Vovjodina que unificaba las regiones de Srem, Banat, Backa y Baranja. Lógicamente, con las prisas de Monika, como que no me dio tiempo a visitar todos estos históricos lugares. ¡Pero volveré! Y sé que volveré porque la leyenda dice que si bebes de su fuente de 4 leones, volverás.


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Gordana nos lleva a casa de unos amigos suyos a beber. Me enseñan a jugar al "Three man", que supongo que es como el señor del 3 al que mi hermana me intentó enseñar a jugar alguna vez, aunque supongo que mis capacidades estarían perjudicadas en ese momento porque no me enteré de una mierda de como se jugaba. Ahí se ve de qué va mi amiguita, que no juega, y un nuevo coleguilla mío, esloveno, me pregunta si es que es rarita o tiene novio. Ambas. Con la tontería de los dados les pido que me enseñen a contar y luego lo hago yo. Por supuesto, les digo que nuestros números tienen rima, y me dicen que los suyos también. Despacito, aprenden todos a pronuciar aquello de "cinco..." Y me enseñan a decir "Osam. Na kurac te nosam" que es algo así como "ocho, te la meto y te vas con ella puesta"

Uno de ellos, policía (que nos ha pegado un susto cuando ha llegado con uno de los que viven en el piso, porque nadie le conocía y ha sacado la placa diciendonos que estabamos haciendo mucho ruido) me cuenta que su hermana ha estado trabajando entre Madrid, Lisboa y Londres, y que por ella ha oído hablar de Toledo, como una ciudad bonita, con algo de cristina y judía (e islámica, añado) con cuestas como las ciudades italianas. También ha oído sobre la crisis. Le explico que por lo que he estudiado, de momento no tendré problemas para trabajar (al menos durante un par de años), pero que las oposiciones al Estado han reducido sus plazas, y que otros profesionales, como los ingenieros, quizá no hubiesen empezado sus estudios hace 5 años sabiendo el sueldo que se les iba a ofrecer hoy en día.

Shasha no sabe nada de español, ni yo se nada de serbio, pero llega un momento de la noche en que alcanzo como un nivel de sabiduría o de alcoholismo en que cuando él habla con el chico esloveno o el policía o con Gordana en serbio, es como si le entendiese: sé que están hablando de comprar coches en Australia (uno de ellos es un serbio que ha vivido casi toda su vida allí) o que estaban hablando de la sangría en España. El chico esloveno le dice a Shasha que a mí me gusta más "mi" sangría porque la hago yo misma, y tiene toda la razón. Son gente realmente simpática, con un humor muy parecido al nuestro, de vacile y demás, que Mónica parece no enteder. El chico esloveno (al que a partir de este momento paso a llamar chicken-boy) me dice que le pase lo que está bebiendo

-¿Vino blanco?¿Y donde está el pollo que vas a cocinar?
Pone esa cara de "cabrona..." y hace lo que todos hacemos cuando nos sentimos vacilados en esas circustancias, contestar en nuestro propio idioma. Y él me dice, en serbio, algo que entiendo como
-Bueno, ¿qué tal si hablamos de lo que le hizo el otro día Djocovik a Nadal?
Infinito ¬¬

Salimos a las 12 o así del piso, nos repartimos en dos coches, Mónica con el poli, australian-boy, Shasha y una chica serbia, y yo con Gordana, Djuro y Chicken-boy ("Nos hemos quedad con la simpática. Y la guapa" estos serbios ligan a la española).
Nos vemos en un garito donde está tocando un grupo de versiones en directo, lo primero que oigo es "Summer of 69" y "It's my life", así que imaginais que es una buena noche. Entre cerveza y rakija (que procuro beber a sorbitos) llegamos a las 3, y no sé si es la hora a la que cierra el garito o qué. Yo estoy invitada de after al piso de nuevo, pero de nuevo elijo mal las compañías y me voy a casa con Monika. De camino somos como 4 españoles y una checa, o 4 serbios y una checa, metiendonos con los nombres unos de otros.

-¿Gordana, sabes que tenía una gran preocupación por si me pedías que te llamase por un abreviativo?
-Sí, ¿porqué?
-¡Porque Gorda en español significa FAT!
-¡¡Oooooooooooh soy una Fat-ana!!
-Sí, mi novio estaba muy expectante por saber si eras gorda y entró en tu perfil en cuanto me agregaste al facebook.
-¿Y tu nombre no tiene nada?
-No, pero mi primer apellido, Vales, significa cost, y el segundo es una moneda
-¡Oh, es como si yo me llamase Gordana Cost a Dinar!
-¡Y encima estás gorda!- dice Djuro (que se pronuncia algo así como iuro)
-¡Eres el rey! - dice Chicken boy
-Eh, Djuro, yo conozco cinco tíos que se llaman como tú - le digo - Te los voy a presentar ahora mismo.
-¿En serio?
-Claro - digo buscando en la cartera- Aquí tienes, 5 euros (five iuros)

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